EL BUNDE O CHIGUAL:
Etimológicamente se deriva de la voz "Wunde" que designa una tonada, canto y danza propia de la Sierra Leona, Africa Occidental Inglesa. La forma que allí se halla vigente diferente un poco del canto del Litoral Pacífico que se acerca más al currulao y que conserva el nombre de "Bunde" Solo como forma de canto utilizado en los velorios de niños negros y que tiene carácter de canción túdica. La denominación de Bunde se extiende también al festejo fúnebre y al rito completo que lo informa.
Recordemos que si en la primera acepción del vocablo este significa "Ritual de canto, música y danza que se realiza entre los negros del Litoral Pacífico para celebrar los funerales de niños"; en segunda acepción significa "tumulto de gentes, confusión y mezcla de personas y actividades". El maestro Alberto Castillo, compositor tolimense, escribió una conjugación de ritmos variados (guabina, torbellino, bambuco), y a esta mezcla denominó "bunde tolimense". Tal nombre dió lugar a que muchas gentes pensaran que el Bunde de Castilla era una nueva tonada del Tolima y hasta algún polígrafo escribió que "el bunde debería de ser español puesto que era Castilla".
Más adelante se llego hasta idearse una coreografía, la que como era de esperar, mezclaba los pasos de la guabina, del torbellino y del bambuco. Hoy, pasada una generación, el Bunde Tolimense entra al folklore como; "tradición musical y coreográfica".
Rogelio Velasquez, compositor del folklore negro, nos dice: "muerto el niño, se lava y se viste con su traje más pomposo. Palma y Corona, regalo de los padrinos, se levantan airosas entre encajes y flores de heliotropo, rosas blancas, claveles y mano de león. A Falta de estos adornos, aparecen los gallardetes de papel plateado, lazos de variados matices. De la Palma cuelga un adorno largo que servirá a la madrina para salir del purgatorio. Complementa el vestuario la flor del "pico" , símbolo de la inocencia. Con la noticia del "chigualo" llegan los cantores y arrulladores, hombres con espermas, tragos y tabacos. Cenan y comienza el velorio de cantos (romances, arruyos, etc.) cuando se cansan recurren a los juegos. En ellos interviene toda la concurrencia. Se empieza con la "mulata" o "bulaca", el florón o el "carpintero". En estos juegos hay gritos, carreras, saltos, cantos, murmullos aplausos, voces etc".
De nuestros apuntes e informaciones tomamos: El bunde es un rito fúnebre, una forma de "culto a los muertos", en el cual el dolor por la pérdida del ser querido se va transformando en motivo de regocijo, en alegría a causa de la entrada del alma del niño muerto en el reino de los espíritus. El cadáver del niño se coloca en una caja o en un guando o barbacoas suspendido en alto entre dos mástiles que son accionados por medio de una cuerda con el fin de que al impulsar el guando se mesan este en los aires simulando un vuelo como en un culumpio o bamba; este vuelo simboliza la transformación del niño en ángel y su entrada a la eternidad que la imaginación popular coloca detrás de las nubes, por oposición a la tierra. Las libaciones constantes, los cantos melancólicos que acompañan la celebración, las danzas que animan el ambiente, acaban de transformar el duelo en un regocijo saturado de embriaguez.
Resulta, en síntesis, una celebración pagana, o mejor dicho profana. En la casa del muerto se reunen las gentes del lugar al llamado del "canto" o de la "bonga" o del denominado "llamador" que en forma intermitente resuena convocando amigos y deudos. Todos los visitantes traen comestibles, bebidas, tabacos, velas, etc, y entre ellas llegan las "lloranderas pagadas y alguna bruja o hechicera popular", quien provista de un tizón humeante y de una escoba, barre e inciensa la casa con café quemado. Ataviado el cadáver del niño y colocado el guando o caja sobre una mesa o bien colgado en el columpio, la gente en marcha procesional y ritmo lento que conjuga tres pasos adelante o dos atrás, se acompaña con el canto típico llamado "chigualo". La procesión termina en danza libre y en comida que generalmente consiste en sancocho preparado con los ingredientes llevados por los convidados. Otras veces la bruja reza la oración de la "mata de sábila" y hace ademanes de espantar a los espíritus malignos que infestan el lugar y que son los responsables de la muerte del niño.]
Etimológicamente se deriva de la voz "Wunde" que designa una tonada, canto y danza propia de la Sierra Leona, Africa Occidental Inglesa. La forma que allí se halla vigente diferente un poco del canto del Litoral Pacífico que se acerca más al currulao y que conserva el nombre de "Bunde" Solo como forma de canto utilizado en los velorios de niños negros y que tiene carácter de canción túdica. La denominación de Bunde se extiende también al festejo fúnebre y al rito completo que lo informa.
Recordemos que si en la primera acepción del vocablo este significa "Ritual de canto, música y danza que se realiza entre los negros del Litoral Pacífico para celebrar los funerales de niños"; en segunda acepción significa "tumulto de gentes, confusión y mezcla de personas y actividades". El maestro Alberto Castillo, compositor tolimense, escribió una conjugación de ritmos variados (guabina, torbellino, bambuco), y a esta mezcla denominó "bunde tolimense". Tal nombre dió lugar a que muchas gentes pensaran que el Bunde de Castilla era una nueva tonada del Tolima y hasta algún polígrafo escribió que "el bunde debería de ser español puesto que era Castilla".
Más adelante se llego hasta idearse una coreografía, la que como era de esperar, mezclaba los pasos de la guabina, del torbellino y del bambuco. Hoy, pasada una generación, el Bunde Tolimense entra al folklore como; "tradición musical y coreográfica".
Rogelio Velasquez, compositor del folklore negro, nos dice: "muerto el niño, se lava y se viste con su traje más pomposo. Palma y Corona, regalo de los padrinos, se levantan airosas entre encajes y flores de heliotropo, rosas blancas, claveles y mano de león. A Falta de estos adornos, aparecen los gallardetes de papel plateado, lazos de variados matices. De la Palma cuelga un adorno largo que servirá a la madrina para salir del purgatorio. Complementa el vestuario la flor del "pico" , símbolo de la inocencia. Con la noticia del "chigualo" llegan los cantores y arrulladores, hombres con espermas, tragos y tabacos. Cenan y comienza el velorio de cantos (romances, arruyos, etc.) cuando se cansan recurren a los juegos. En ellos interviene toda la concurrencia. Se empieza con la "mulata" o "bulaca", el florón o el "carpintero". En estos juegos hay gritos, carreras, saltos, cantos, murmullos aplausos, voces etc".
De nuestros apuntes e informaciones tomamos: El bunde es un rito fúnebre, una forma de "culto a los muertos", en el cual el dolor por la pérdida del ser querido se va transformando en motivo de regocijo, en alegría a causa de la entrada del alma del niño muerto en el reino de los espíritus. El cadáver del niño se coloca en una caja o en un guando o barbacoas suspendido en alto entre dos mástiles que son accionados por medio de una cuerda con el fin de que al impulsar el guando se mesan este en los aires simulando un vuelo como en un culumpio o bamba; este vuelo simboliza la transformación del niño en ángel y su entrada a la eternidad que la imaginación popular coloca detrás de las nubes, por oposición a la tierra. Las libaciones constantes, los cantos melancólicos que acompañan la celebración, las danzas que animan el ambiente, acaban de transformar el duelo en un regocijo saturado de embriaguez.
Resulta, en síntesis, una celebración pagana, o mejor dicho profana. En la casa del muerto se reunen las gentes del lugar al llamado del "canto" o de la "bonga" o del denominado "llamador" que en forma intermitente resuena convocando amigos y deudos. Todos los visitantes traen comestibles, bebidas, tabacos, velas, etc, y entre ellas llegan las "lloranderas pagadas y alguna bruja o hechicera popular", quien provista de un tizón humeante y de una escoba, barre e inciensa la casa con café quemado. Ataviado el cadáver del niño y colocado el guando o caja sobre una mesa o bien colgado en el columpio, la gente en marcha procesional y ritmo lento que conjuga tres pasos adelante o dos atrás, se acompaña con el canto típico llamado "chigualo". La procesión termina en danza libre y en comida que generalmente consiste en sancocho preparado con los ingredientes llevados por los convidados. Otras veces la bruja reza la oración de la "mata de sábila" y hace ademanes de espantar a los espíritus malignos que infestan el lugar y que son los responsables de la muerte del niño.]
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